viernes, septiembre 22, 2006

Todas distintas

Los hombres solemos esgrimir una frase del saber popular que dice que “son todas iguales”.

Bueno, señores, con una mano en el corazón... hay que hacer ejercicio de humildad y reconocer que es por puro despecho y en represalia a la frase espejo de ellas hacia este lado, que esa sí es, no sé si cierta, pero al menos bastante aproximada.

Una de las grandes dificultades para los hombres a la hora de conquistar, seducir o gustar es justamente la falta de parámetros y de consenso del lado de ellas con respecto al estilo, vestimenta, contextura y toda arma de seducción existente, imaginable o por inventarse.

En cambio, en la recíproca, ellas suelen sostener que basta con una buena cola y unas buenas tetas, para capturar nuestras miradas – y nuestros pensamientos. De nuevo, bastante aproximado. En mi caso particular, no basta – busco también una cierta actitud, y unos ciertos rasgos faciales y generales – pero tengo que reconocer que suma, y bastante. Sobre todo las tetas.

De este lado no hay armas tan infalibles como unas tetas – que por otra parte hoy día es relativamente fácil ajustar al canon de belleza que la moda imponga. De este lado, lo que priva a la hora de la conquista se nutre en la más pura de las incertidumbres.

Las hay quienes mueren por los tipos musculosos, y a quienes les repulsan. Están aquellas que se impresionan con un tipo trajeado y formal, y otras a quienes les va más el jean de tiro largo por la rodilla a la hip-hop; y si viene con gorra de costado y skate en la mano, mejor. Algunas prefieren la prolijidad de la camisa o remera adentro del pantalón, y a otras les parece lisa y llanamente ridículo. A algunas les desvía el ojo el pelo largo, y las demás se dividen entre las que lo odian por envidia y las que simplemente lo odian. A algunas las seducen las canas – sip, tal cual, si te teñís para ocultarlas pasás por viejo gatero -, a otras los pelados, a otras los rubios, a otras los morochos, a otras las barbas, a otras sólo el bigote macho tipo comisario, y otras detestan todo esto.

Con respecto al estereotipo general donde cuadrar al caballero, parece haber un esbozo de consenso, al menos en lo meta-concreto: el éxito atrae. A ellas parecen gustarles los tipos a quienes les apasiona lo que hacen, sea lo que fuere que hagan. Pueden ser músicos, actores, profesionales, chefs (la puta madre dicho sea de paso), o cualquier otra cosa. Parecería que cuanto más exótica la profesión, más sex appeal, aunque esta lista la encabeza el empresario, que ese sí seduce a cualquiera de ellas.

Yendo al temperamento del ejemplar masculino, los criterios vuelven a diverger: algunas los buscan firmes, sólidos y estructurados; otras, se involucran con niños grandes, caprichosos, inconstantes y dependientes; a algunas las atraen los machos recios, duros y distantes, y a otras los tipos tiernos, cálidos y cariñosos. La mayoría dicen buscar hombres buenos, pero terminan reconociendo su debilidad por los chicos malos.

Suponiendo que el señor de marras haya podido sortear este laberinto y haber encajado con cierto porcentaje exitoso en el gusto particular de la señorita - lo que ya raya en el milagro de entrecasa – y la cosa esté lista para fase 2, las dificultades se expanden: en la cama no hay dos que remotamente se parezcan, con lo cual el señor puede ir archivando tranquilo todas las recetas oídas, vistas o leídas, junto con el conocimiento adquirido en experiencias anteriores. Cada mujer te devuelve a los 17, cuando no sabías nada de nada. En cada cama hay que aprender todo de nuevo.

En mi experiencia personal, me han tocado aquellas a las que no les gustaba que las besaran, y otras que reclamaban más besos; algunas a las que no les importaba en lo más mínimo el orgasmo, y otras que reaccionaban con enojo cuando no lo tenían; las que sólo podían llegar al clímax si llevaban el mando, y las que sólo se acostaban y se dejaban hacer; a las que había que presionar hacia arriba, a las que había que presionar hacia abajo, y a las que la penetración hacia donde fuera las tenía sin mayor novedad; algunas que no querían saber nada de recibir sexo oral, pero ardían cuando las tocaban, y otras en el caso totalmente inverso. Con respecto al oral saliente, hay más consenso: las pocas que lo aceptaban, lo hacían con más recelo que pasión. La lista sigue, y abarca todo el abanico imaginable de la actividad sexual: la desnudez, las caricias, el ambiente (por ejemplo: me han llegado a reclamar que no íbamos a hoteles, y me han llegado a reclamar que íbamos a hoteles), el horario, el ritmo, la duración, la iluminación, el juego, la duración / variedad / intensidad de los preliminares... y seguramente me olvido de muchos más.

A la vista de lo cual, el famoso, preciado y casi casi místico “saber de mujeres” es un don al que me parece bastante improbable – por no decir imposible – aspirar.

Y sin embargo, aprendiendo a través de sucesivas relaciones, nos las arreglamos para desarrollar técnicas, y tácticas, en la vida, para acercarnos al tan enigmático y variado sexo opuesto. Cómo hacemos? Yo creo que en el ejercicio de la resignación y la arbitrariedad. Para resumir el concepto, quedaría más o menos así:

- Ya que no se las puede entender, y ya que no se les puede gustar, salgo al mundo como soy, y dejando muy en claro cómo soy.

El truco aquí es lograr que la mayor cantidad posible de gente reciba el mensaje de cómo es uno. Cuanto mayor la muestra, más probabilidad de que alguna fémina a quien le seduzca el perfil, quede en la red.

Y sin embargo, esta conclusión tan práctica y tan razonable tampoco suele funcionar muy bien – salvo, claro, que uno sea el empresario exitoso, chef, aviador, esquiador, agente secreto, músico y skater, en cuyo caso no hay nada que lo pueda detener -, con lo cual volvemos a que sí existen reglas de seducción, que están más o menos identificadas, y sí existe un protocolo de acercamiento a ellas.

Que cuáles son? Bueno, eso, en el próximo episodio.

(continuará)

2 comentarios:

GABU dijo...

Mmmmm...a ver...a ver...dónde me meto la objetividad para comentar siendo
mujer?!Bue...no importa!
Complicadísimo el tema KRES,me parece que lo primero que los hombres tienen
que entender es que a la MUJER NO HAY QUE COMPRENDERLA,A LA MUJER HAY QUE
AMARLA(esto es lo primero que tienen que comprender)
La verdad es que soy bastante
"rara" en cuanto a gustos masculinos y comprobé que mi mamá tenía razón
cuando me decía:"MARIA GABRIELA EL HOMBRE NO TIENE QUE SER LINDO...",es
verdad!Tendríamos problemas en cuanto a la competencia por el make up y a
ver cual de los dos se lookea mejor!NO ME VA!(me muero si algún día me
enamora un chef,no soportaría tener competencia en la cocina,
encima cocino muy bien)
El hombre tiene que ser sencillamente:HOMBRE,MASCULINO y sobre todo
CABALLERO!
Todo lo demás fluye,cuando la química y la magia entre un HOMBRE y una MUJER
hacen contacto nada más importa...
HAY QUE DEJARSE LLEVAR...
(pero tengo una debilidad muero por los hombres que saben llevar un buen
perfume,es como un hechizo para mí)
A parte una como mujer tiene sus secretos para saber bajo que "código" ése
hombre debe pasar la admisión...
Además tengo el sexto sentido bastante desarrollado y hasta ahora no me ha
fallado!
KRES:cada persona es un mundo,un universo exquisito por descubrir,no
persigas fórmulas mágicas que nos sean comunes a todas porque eso NO EXISTE!
NO HAY NADA MAS BELLO QUE DESCUBRIRSE MUTUAMENTE,DÍA A DÍA, CENTÍMETRO A CENTIMETRO Y MINUTO A MINUTO...
La única regla de seducción en la vida es ser auténticos!
MIL BESOS KRES...(y anímese hombre a dejar su huella en mi espacio,aunque
éste finde hice u pequeño pero delicioso impasse)
**MIL DISCULPAS POR SER TAN EXTENSA EN MI COMMENT**(pero soy mujer,jajajaj)
BESOTES!!!

Anónimo dijo...

Hola chicas... gracias por su visita y sus comentarios. Por lo que veo, no estoy tan errado (esta vez)!

Gabu, buenísimos tus comentarios, la extensión no importa, es más, acá más es mejor.

Interesante lo de no entenderlas, amarlas, algo parecido a eso dije antes en el blog (salvando el machismo)... pero mi cabeza de cebolla no puede resistir el impulso de intentar entender, y de creer que hay que conocer para poder amar...

Otro refrán conocido dice que "el hombre es como el oso... (etc)", no? Anoto: Gabu: metrosexuales=NO... jajaja.

Ahhhh... el otro párrafo sí tiene algo que me interesa. Porque donde vos me decís, tiene que ser hombre, masculino, y caballero, estas son condiciones necesarias pero no suficientes... o me equivoco? ;)

Anoto de nuevo: Gabu: perfume=SI :)

Y bueno, recetas, recetas, no hay... de eso se trata justamente... este fue un post más para avivar veinteañeros que para otra cosa...

Diet Bridget: uuuy reina... vos si que me la complicaste... primero, es cierto, simples no son, hay que ser bastante ingenuo (o tener 15) para pensarlo... y en honor a la verdad, nosotros tampoco, nos hacemos los simples y sólidos, pero en el fondo, todo el mundo es un flan.

Lo otro me rompió la cabeza, no solamente no hay recetas, sino que ni siquiera tratándose de la misma mujer!!! uuuhhh... se complicaaaa.... jajaja

Tu tip, muy pero muy valioso. Me voy a permitir tomarlo prestado y agregarlo en mis reglas de experiencia... mi humor suele ser ácido así que espero que me empiece a jugar un poco más a favor!

Besos, gracias por pasar, están invitadas a volver cuando quieran!