lunes, agosto 14, 2006

n+1

Una de las primeras cosas que Eva hizo cuando pisó nuestra bendita tierra fue quedárseme mirando, como tratando de entender qué era esa cosa enorme y peluda que le hablaba con voz profunda en un idioma incomprensible. Pasado ese momento, y con una de las mejores expresiones de "bah, qué mierda" que me ha tocado ver, preguntó: "a qué hora se come en este planeta?".

Lo de pisar, es en sentido figurado, porque diríamos que más bien se quedó acostada. O reclinada, para ser preciso. Lo de enorme, tampoco hay que tomarlo literal; en honor a la verdad, es en comparación con sus propias dimensiones, que para pequeñas no son tan pequeñas, con casi 4 Kg 400 que uno juraría que están todos en los cachetes.

Si he de reconocer como ciertamente debería que Eze me ha enseñado mucho más de la vida que la mayoría de los adultos que me ha tocado conocer, no pierdo las esperanzas de que las Fuerzas Superiores me hayan puesto en el camino de Eva como un último y cuasi desesperado intento por que el cabeza de cebolla que escribe finalmente logre entender algo sobre el universo femenino.

Por lo pronto, ahora al menos puedo decir que me encargo de la higiene íntima de una mujer varias veces al día, todos los días. Un comienzo es un comienzo.

Bienvenida, princesa. Que disfrutes tu vida.

2 comentarios:

MALiZiA dijo...

Hola Krestian, debo suponer que has sido papá de una beba.Ahora sí te quiero ver en el universo femenino!!!
Felicitaciones! beso grandote para vos y ella, que por el peso debe ser una gordita preciosa!

Anónimo dijo...

Hola Malizia, efectivamente, Ud. lo ha dicho.

Ahora sí, que de una inquietud puramente interna y más cercana a la curiosidad, el tema se me ha convertido casi, casi, en un proyecto con todo y deadline.

Por el peso... baste contarte que a pesar de su nombre y apellido en unas pocas horas ya se ha ganado un sobrenombre que la irá a acompañar por algun tiempo: chancho. :)

Gracias por pasar, un honor tenerte en estas páginas.