martes, noviembre 28, 2006

Lomo al Marsala, parte 1 (de 4)

Nos conocimos, entre otras cosas, hablando de comidas. Compartiendo nuestros gustos y descubriendo con agrado cuánto coincidíamos.

En ese dulce principio, qué tiempos esos, nos pasábamos horas contándonos qué comidas nos gustaban más, qué cosas poco usuales nos habíamos atrevido a probar, cuán poco límite teníamos a la hora de comer – y a deshora también - y nos amenazábamos, jugando, un poco en broma pero un poco en serio, con qué cosas cada uno iba a impresionar al otro en la cocina.
- te voy a hacer un coulis de frutas con helado que te va a dejar idem – lanzabas, y yo ni corto ni perezoso,
- si, pero después del arrollado de pollo con trufas que te voy a hacer yo no te van a quedar ganas de postre.

Y nos reíamos juntos. Parecía revelarse una afición por la alta cocina que empezábamos a compartir, y nos gustaba alardear de nuestros logros como anfitriones. Y fue así que se desarrollaron nuestros primeros códigos, ese tipo de cosas de las que nos reímos cuando los demás no entienden, y nuestra primera confianza y comodidad juntos.

Y esa confianza creció, hasta que una noche de verano aceptaste que te invitara a cenar. Muy ilusionado, aunque reconozco, un poco tímido y algo temeroso al fracaso, te preparé un plato completo, pero no demasiado exótico ni vanidoso. Tampoco era cuestión de mostrar todo en una sola vez. Ese plato tenía que satisfacer un paladar exigente, pero también tenía que prometer cosas por venir. Tenía que lucirme, y dejar que me conocieras, pero no demasiado. Tenía que preservar un poco de misterio.

Qué alegría y que ilusión la mía cuando comiste toda la comida que te había preparado, y aunque sin palabras, tu cara me dijo que lo habías disfrutado. Sin apartar ninguna cáscara, sin separar el condimento, con alguna leve exclamación mientras lo degustabas, tu mensaje no hablado fue que así como lo había hecho estaba bien. Eso me llenó de entusiasmo y no vi la hora de invitarte de nuevo y de agasajarte con alguna cosa distinta.

Yo venía de una larga historia en la que mis habilidades como cocinero no habían sido bien correspondidas. Donde se me había ignorado, y hasta censurado y acusado de ser demasiado pretencioso y exigente. Mi ex, a todos los efectos prácticos, parecía no necesitar comer para vivir.

En nuestras charlas posteriores, sentí la contención suficiente como para confesarte esto, y me respondiste que con vos nunca me iba a pasar eso. Que me preparara, dijiste. Que vos me podías ayudar en la cocina, y enseñarme platos que yo no conocía, y que los íbamos a saborear juntos. Que a vos podía cocinarte todo lo que se me ocurriera. Si eso no es seducción, entonces no sé qué es la seducción.

Ya abiertos a la confesión, me retribuíste confiándome parte de tu historia también. Que tu ex era, también, y a su modo, un amargado, un tipo neutro al que no le interesaba nada de la comida, que no te había dejado expresarte, pero que por suerte había pasado por tu vida un chef, que te había enseñado a disfrutar de la cocina, a sentir los aromas y los sabores, y con el que habías perdido el miedo y recuperado el placer de cocinar y comer en compañía. Me hablaste de los postres helados que habías probado con él, de lo buenos que estaban, y de cuán seguido los comían.

Bien por el chef, me dije y te dije, aunque por un segundo de ingenuidad se me ocurrió pensar que tal vez podría ser yo de quien hablabas.
- no te pondrá celoso? Tal vez no debí haberlo dicho - , dijiste.

Y yo dije no, bien por el chef. Porque esos platos que te enseñó, y ese placer que te enseñó, ahora son para mí, y para mí y para vos juntos.

Y ya en tren de confianza, se me ocurrió revelarte algo mío, muy íntimo a fuerza de años de censura y represión, algo para lo que vi en vos a la persona indicada de confiar.

- algo que siempre quise probar... y nunca pude... es el lomo al marsala.
- Yo lo probé – dijiste – el chef lo hacía muy rico. Tal vez algun día, lo hagamos juntos.

Bien por el chef, pensé.

18 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Me gusta tu estilo narrativo. Conjuga la naturalidad del diálogo y del pensamiento de una manera muy homogénea.
En cuanto a la comida: no tengo un sentido del gusto ni del olfato muy desarrollado, ni sé cocinar. Sin embargo me gusta disfrutar una buena comida y que las mujeres me cocinen. Si tuviera una chef que me enseñara a disfrutarla de una manera más fina me seduciría mucho.

MALiZiA dijo...

la comida y los sabores tienen mucho que ver con el erotismo del sexo, espero la próxima entrega a ver qué pasó con ese lomo prometido.
te dejo un beso.

Jake Gittes dijo...

"
Y fue así que se desarrollaron nuestros primeros códigos, ese tipo de cosas de las que nos reímos cuando los demás no entienden, y nuestra primera confianza y comodidad juntos.
"
Genial.

GABU dijo...

KRES:dejá de pensar en el PUTO CHEF!
Ahora sos vos SU CHEF y SU COMENSAL principal!
Hay algo que a la mayoría de los hombres les cuesta asumir,entender y sobre todo escuchar y es que nosotras(las mujeres),no nacemos el día que conocemos a otro hombre(lo que dice el bolero:"yo nací el día que te conocí",es mentira!),sino que tenemos un pasado auspicioso o no en nuestras espaldas,OJO!esto no quiere decir que nos vanagloriemos de el,muy por el contrario gracias al pasado todos(hombres y mujeres),podemos continuar nuestro camino en la vida aprendiendo y experimentando vivencias enriquecedoras...
Después de todo pensá que si no hubiese conocido al chef tal vez hoy no tendrían ese "algo en común",no?
Los celos del pasado son casi normales,pero OJO AL PIOJO!,tampoco nosotras debemos abusar en recordarlo en voz alta!
Temo que si continúa haciendo mención del chef,va a terminar en el horno!jajajajajajajaj
BESOTESSSSSSSSSSSS

Anónimo dijo...

Perdón, pensé que eras alemán. Me gusta mucho tu blog. Saludos.

Anónimo dijo...

Hola a todos... ya un poco menos ausente esta semana ;)

Janus, bienvenido, gracias por los elogios. Yo también tengo problemas con el olfato, pero (curiosamente) no así con el gusto, y cocino bastante bien. Y me gusta cocinar para otros. Particularmente para una mujer.

Mali, yo sé que vos ya pescaste el hilo de todo esto. Pero no puedo, no debo, revelar la metáfora... todavía. son solo cuatro episodios, y después viene la explicación del chiste.

Jake, gracias, mi viejo. Hoy paso por el Korova. Si estás por allá pídele al viejo de la barra que me tenga listo un J&B doble con hielo.

Gabu: jaja... algunas de las cosas que aparecen aquí no son necesariamente "cronológicamente correctas". Ya te vas a enterar del cuadro temporal de esto. Y el twist, que también lo hay. Te prometo, te aseguro, que es un mes de sorpresas en SP.
Por lo demás, te respondo por partes. No creo que haber conocido al chef la haya puesto en mi camino; lamento disentir con vos, pero no veo la conexión, más bien todo lo que veo es desconexión. Y aquí hay un punto de contacto con lo que decís de los celos. Lo mío no son celos. Lo mío es básicamente envidia. Y el chef, ahora lo veo, es muy responsable (creo que debería decir "causante") de mucha de esta desconexión.
El infierno,.. perdón, el horno, está encantador esta noche! jajaja... Stay tuned... espero no defraudarte.

Blaine, pobre, tuviste que soportar mi respuesta en mal alemán traducido por Google... Tengo ascendencia alemana, y de hecho tengo pasaporte, y realmente me avergüenza bastante no haberme hecho el tiempo para aprender el idioma. Es un pendiente en mi vida que algun día cumpliré. Gracias por tu visita y estás invitado a volver cuando quieras.

Unmasked (sin caretas) dijo...

Acabo de descubrite, interesante...eso de mezclar la comida con la seduccion es muy de ahora...me gusta el titulo, porque me dio mucha nostalgia..que mas nuestro que un lomo a la marsala?

Nada mas sexy que un hombre que sabe cocinar y que lo hace bien, y no se jacta de ello, y que no solo quiere conquistarte, pero tambien alimentarte...

Buena Krestian...y que va, tambien buen ojo.

Un saludo lejano solo porque estoy engripada,

Petra

Unmasked (sin caretas) dijo...

perdon,olvide agregar, espero la segunda parte.

Petra

Anónimo dijo...

aghhhhhhhh! detesto los seres que se enfocan en hacer comparaciones sin sentido!
Krestian, siempre habra otr@ a la que si le van a encantar tus platos..YO por ejemplo....nada me parece mas sexy que alguien cocine para ti... una buena velada con un buen vino!
saludos...
t!

Anónimo dijo...

Hola, soy la anonima que aparece a veces y otras veces no...
Linda historia, espero el proximo capitulo.
Lo que me queda por decirte, es que tendrias que aprender a valorarte vos y dejar de compararte con un pasado que parece que esta mas presente en vos que en ella. Si lo comento es porque ya no le importa, sino lo hubiera callado.

Unmasked (sin caretas) dijo...

y para cuando la segunda parte?

Petra

Pete Vicetown dijo...

La gran jodienda es que siempre va a haber un chef anterior con el que tendemos a compararnos.

Piensa en lo realmente imortante.

Ahora ella está en tu cocina.

Disfrutalo.
Disfrutala.

Pete Vicetown dijo...

La gran jodienda es que siempre va a haber un chef anterior con el que tendemos a compararnos.

Piensa en lo realmente imortante.

Ahora ella está en tu cocina.

Disfrutalo.
Disfrutala.

Caracol dijo...

Llego tarde, pero quería poder leer con tiempo.
Excelente relato.
Espero la próxima entrega para ver desde que ángulo viene la estocada.
Expectante.
No soy bueno para cocinar, solo lo básico.
y no me he topado con ninguna eximia cocinera, bah si, pero amiga amiga, nada que ver la seducción con ella.

Delacroix dijo...

Vuelvas

al

existir.

La narración,

el

camino

hacia

tí.

Anónimo dijo...

Espero ansiosa la segunda parte Krestian....

Perdoname por no andar visitando...es que...se me fue la biblioteca al piso. Se rompió en mil pedazos. Y estoy triste.
Aun asi, espero la continuacion de este relato, mientars me pregunto si sera ficcion o realidad.

Un beso grande
LO.

Anónimo dijo...

Estimadas y Estimados

Recién hoy vuelvo al país después de un viaje por trabajo. Leí todos sus comentarios pero quiero tomarme el tiempo necesario para responderlos como Uds merecen.
El lunes habrá nuevo post. Prometido.
Gracias a todos por visitarme.

Anónimo dijo...

Petra, gracias por tu visita y por tus comentarios... me da un poco de pudor! jaja.
Con tanto calor estoy seguro que no tardará en disiparse esa gripe y entonces sí nos podamos saludar como corresponde.
Besos!

Ah... y la segunda parte... en 5... 4... 3...

t: gracias por tu comentario! me llena de optimismo. A ver... qué te gustaría que te prepare hoy?

Julieta: noooo... sin nostalgia eh... o que al menos sea de la dulce nostalgia, esa lejana pero sin tristeza. Besos!

Anónima: hola de nuevo, gracias por volver. Es interesante tu opinión, aunque falta por contar algo más de la historia.

Carlos, ya, ya, viene un post sobre lo tuyo. Sí, un post sobre lo tuyo, tal cual.

Diet: hola reina!! tanto tiempo, ya te sirvieron algo?
Es que el chef tiene una salud de hierro... viene Superman y justo atrás el chef. Jaja! me mataste con lo de dar de comer! JAJAJA
Y sip, es envidia. Entiendo tu escenario, aunque el tuyo es un poco más digno, digo, aunque sea, podías resaltar por oposición. Lo mío, más emparentado con la mediocridad en la comparación...
Te guardo, te guardo, y berreta... nooo.. ta bien que con las fiestas estamos a -1000 pero para los amigos no se escatima en gastos ;)

Petra: en 3... 2... 1...

Pete, hola, gracias por tu visita. Es todo un tema, coincido con vos, siempre nos comparamos. Y sí, es cierto que ella está en mi cocina, aunque hay maneras y maneras de estar en un lugar dado... ya dije que viene la parte 2?

Caracol, hola señor, tanto tiempo ya lo estaba extrañando (esta tarde lo visito, sí señor, quiero ver en qué anduvo). Gracias por el comentario.
Y... esta amiga... eeh... aparte de cocinar bien... bueno ya, qué pasó, por qué no hubo seducción?

Delacroix, gracias por el poema!

Ele: nooo reina... qué pasó? :(
tranqui... esta tarde paso por tu casa... no triste eh!!!!
Besos mil!!! y que se solucione todo!!!