
Un caballero, además, tiene el don de la oportunidad. Arremete cuando sabe que es momento, y se retira cuando sabe que es momento, sin que nadie se lo tenga que explicar.
Pero un seductor, además, sabe cuándo y sobre qué hablar, y cuándo es mejor el simple, crudo y enigmático silencio. Y sobre todo, sabe que repetirse es malo, muy malo.Y sabe decidir todo esto mientras muestra su mejor sonrisa.
Bueno, eso es lo que ellos hacen, no es que me considere un hombre, caballero y seductor, aunque trato de imitarlos.
Dos cosas odio: explicar un chiste, y contar el final de una película. La primera ya la hice, y no creo que sea necesario llegar a cometer el pecado de la segunda.
Este fue un año muy curioso. Con muchos cambios, de mucho crecimiento. Un año motorizado por muchas preguntas, muchas de las cuales encontraron sus respuestas. Este blog fue parte de ese crecimiento, de esas preguntas, y de esas respuestas.
Pero crecer, igual que responderse preguntas, no es necesariamente algo bueno. O tal vez sí, pero no conduce necesariamente a una mayor felicidad. Muchas veces, la felicidad está del otro lado del mundo: del lado del no darse cuenta y no cuestionarse demasiado las cosas.
Este año recorrí solo y con Ustedes este camino. El camino de disectar al amor sobre una mesa de acero, para pincharlo luego de los bordes sobre una plancha de madera, todo para saber de qué está hecho y cuán rápido respira, y cuánto daño le hace cada sustancia diferente.
El camino de medir sensaciones con calibres, sentimientos con cronómetros, y pasiones con termómetros.
Recorrimos, Ustedes conmigo y yo con Ustedes, el sinuoso camino del ejercicio teórico, complejo, costoso y futil, del intento por deshojarnos, desmenuzarnos y así entendernos; entender cómo funcionamos: unos y otras, unas y otros.
El camino no se terminó. El camino sigue, no se termina aquí. Pero no continúa a través de este blog.
A dónde conduce, no lo puedo decir yo. Cuánto más largo es, no lo puedo decir yo. Cuándo termina, o si es que alguna vez lo hace, no lo puedo decir yo. Lo que sí puedo decir, es que este blog sirvió su propósito. Lo atravesamos, lo recorrimos, lo usamos mientras fue adecuado, y mientras duró fue muy bueno. Ahora, el camino pasa a través de sus paredes, lo perfora, lo permea, y sigue, inmutable, indiferente a nuestros deseos, a nuestras necesidades, a nuestros sueños y anhelos, a nuestros alcances y posibilidades.
Afuera, en el mundo real, hay un avión lleno de pasajeros para aterrizar. Hay una ciudad amenazada que evacuar. Hay un barco hundiéndose que rescatar. Hay opciones: seguir preguntándose el por qué de semejante suerte, y maldiciendo las injusticias del destino, o tomar, efectivamente, el protagonismo entre otorgado e impuesto, y hacer lo mejor posible, con conciencia de los resultados potenciales. Porque también hay puestas de sol. También hay exquisitos y desconocidos platos por probar. También hay tardes azules, y mañanas doradas, cómplices noches lluviosas, y cómplices noches estrelladas; sitios fascinantes por descubrir; personas encantadoras por conocer. Afuera, está la vida entera, la vida misma. Con todos sus desastres y con todas sus glorias. Con todos sus premios, y todos sus castigos. Cuánto tiempo queda, no lo sé yo, pero sí sé que no hay tiempo que perder; madurar no es sin dolor, pero tampoco es sin al menos una pizca de placer.
Harán falta otras armas, otras herramientas. Habrá que aprender a usar otros recursos. Habrá que adquirir otras habilidades. O no. El tiempo lo dirá, como siempre dice.
A todos los que me visitaron, quiero darles las gracias. Cada palabra, cada pensamiento, cada crítica, cada aliento, cada experiencia y cada consejo, tienen un lugar muy valioso en mi corazón. El mismo corazón, desde el cual les envío un abrazo cálido, a cada uno de Ustedes. Los seguiré visitando, mientras me lo permitan, y seguiré respondiendo comentarios en SP, si los hubiera. La barra seguirá abierta, al menos hasta que se termine de desabastecer.
Esto hicimos juntos. Este fue nuestro momento juntos. Esta es nuestra botella arrojada al mar.
Gracias, y hasta pronto. Sean felices.
FIN
(fin?)
SecondThoughts Studios Inc. MMVII.